Ya puedes seguirme en Twitter:
@MontalbanAutora.
Estoy
acostumbrándome a la idea desde que, el 19 de septiembre, Chema Nieto me habló
de lo necesario que es entrar en el circuito. Me habló de la “marca personal” y
de la inmediatez. Yo cabeceé, risueña. Aquel día estaba escribiendo, para mi
blog, el comentario de un concierto de hacía tres meses: el Concierto de Graduación del curso pasado. Suelo perseguir
emociones, pero nunca me he destacado por correr tras la actualidad. Mi
teléfono no tiene memoria para ninguna red y mi ordenador es cualquier cosa
menos inmediato. Por mí, nada de prisas. Acerté una pregunta de Twitter
acerca del autor de un lienzo del que se nos mostraba una parte (un zapato de
un cuadro de Madrazo) tiempo después de que hubieran publicado el resultado. ¡Soy
el colmo de los colmos!
Le he oído
decir a Eduard Punset en alguna
entrevista que las redes sociales son herramientas muy útiles para mantener
nuestra mente ocupada y que no se nos atrofie el pensamiento... Pienso en
aquellas palabras (o en algunas parecidas) cada vez que abro Twitter y me
paseo, en un momento, por el Museo del Prado, el Instituto Cervantes o la
Biblioteca Nacional. Virtualmente, la red es una entrada a miles de museos y de conciertos; un periódico en el que solamente lees las secciones que te interesan.
A principios
de curso, cuando Chema Nieto me hablaba de la vida en titulares, yo me reía de
nuevo. ¿Que no me pase de 140 caracteres?, ¿yo? Rara es la entrada de mi blog de
menos de tres folios…
Pues bien, resulta
que también me gusta escribir versos huérfanos; máximas mínimas... Lo que
importa es que rebosen emoción. Acabo de ver un anuncio en la tele en el que una mujer madura nos
vende un seguro médico con una idea que comparto: aunque sólo sea para
disfrutar de ciertas obras musicales, vale la pena cuidarse, dice… Me da un poco
de rabia que el mercado explote nuestras emociones, pero los publicistas saben
lo que se hacen. Tú cómprame la burra, que la felicidad te la regalo yo… En
fin… ¿No se le habrá ocurrido a esa señora patrocinar orquestas?
Hace unos
días leí en el blog de Punset que ya hay un mapa que representa
gráficamente las emociones humanas. ¿Surgirán muchos exploradores del
territorio de lo emocional? ¿Con ánimo de lucro?... No sé. Espero que el arte
nos salve; algo así dijo Álex
Schnieper, el
director de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio “Rodolfo Halffter” en su
presentación del Concierto de Navidad, pero hablaré de ese delicioso Concierto
mañana o me pasaré mucho de los tres folios. Hoy quiero recordar brevemente
otros eventos anteriores a los que he tenido la suerte de asistir en este
primer trimestre que termina.
EL ALFA Y EL OMEGA DEL HALFFTER unió entre sus intérpretes a los
alumnos más recientes y a los más veteranos del Conservatorio “Rodolfo
Halffter”, de Móstoles: la Orquesta de Enseñanzas Elementales y la Asociación de Antiguos Alumnos, dirigidas respectivamente por María Dolores Encina y por Juan Manuel Saiz Rodrigo. Ambas agrupaciones participaron en octubre en
dos encuentros musicales distintos, pero de signo igualmente entrañable. El
concierto del día 10 se celebró en el Teatro del Bosque y el día 24 (que fue un Concierto Solidario con la Asociación Accede a
Respiro), en el Centro Cultural Villa de Móstoles.
Recuerdo la
expectación en torno a la Orquesta Infantil en el estreno mundial de la obra Caleidoscopio, del compositor Pablo
J. Berlanga. Siento
debilidad por esa Orquesta, y no porque yo sea un poco… “madraza”, sino precisamente
por la fuerza con que trabajan sus músicos. Me conmueve que tengan tantas
tablas y tan poca edad. No me extraña que Pablo les mime componiendo para ellos
obras tan buenas. Caleidoscopio es,
de nuevo, una pieza preciosa. Recuerdo la alegría que me inspiró. Ternura
alborotada. Me pareció escuchar el estrépito del mercado de la obra “Del amor y otros demonios”, de García
Márquez; solo que más feliz. No sé por qué, pero me imaginé a la gitana
Esmeralda bailoteando en algún zoco, con cascabeles en los tobillos.
En realidad, quien
bailó y tocó las castañuelas en el Villa de Móstoles, con la Orquesta de
Antiguos Alumnos (y deliciosamente, por cierto), fue la bailarina Nuria
Pomares. Me resultó
emocionante ver cómo su cuerpo absorbía la música del ambiente y la llevaba con
él por donde quería, con aquella elegancia que parecía embellecer y agrandar el
escenario…
El
6 de noviembre asistí al concierto CONOCER
TE APASIONARÁ, ofrecido
por la Asociación de Antiguos Alumnos
en el Teatro del Bosque. Juan Manuel siguió facilitándonos la comprensión de la
buena música y haciéndonos partícipes de sus elementos básicos… Aquel día, nos
presentó obras de Boccherini, Luciano Berio, Joaquín Rodrigo, Sibelius
y Guridi. Nos describió el Madrid de
Boccherini. Nos habló de los soldados; si venían o se alejaban por las calles
de Madrid… A mí, además, Boccherini me hizo pensar en barcos, y eso me gusta.
Creo que mis hijos lo escucharon por primera vez en la banda sonora de Master
& Commander
y quedaron fascinados.
Aquella
lluviosa noche de noviembre aplaudí especialmente el 2º Movimiento del Concierto
de Aranjuez,
interpretado por el guitarrista Pablo
Romero Luis… ¡Qué
maravilla!
Hablando
con propiedad, las maravillas estaban en el cuento de hadas El
Cascanueces, de Tchaikovski.
Para su representación colaboraron tres Conservatorios: el Real Conservatorio “Mariemma” y la Escuela “Rojas
y Rodríguez”
pusieron la Danza, con la dirección artística de África
Paniagua; el “Rodolfo Halffter” puso la Música (la Orquesta
Sinfónica y el Coro), dirigida por Alexandre
Schnieper en ambos casos.
Como no puedo ofrecerles ninguna
fotografía de “El Cascanueces”, les mostraré “Susurros en el ensayo”. Bailarinas del
“Rojas y Rodríguez” que retraté en el Auditorio del “Rodolfo Halffter” durante
un descanso del ensayo del Concierto de Primavera de hace dos años.
Tantos
ensayos, tantas actuaciones, tantos alumnos como han participado en “El
Cascanueces” (170)… Todos ellos han tenido mucho mérito. Que unos chiquillos,
estudiantes todavía, se hayan atrevido con la representación entera de una obra
tan complicada es todo un reto. ¡Qué locura! El estreno tuvo que ser durísimo
para unos alumnos en época de exámenes y para los profesores de otras materias.
Afortunadamente, el resultado fue hermoso. Valió la pena el esfuerzo. Me alegro
de haber podido aplaudir con ganas sus escenas maravillosas; bellas danzas de Laura Plaza, Aaron Venegas, Ángel
Rojas o Valerie
Gómez de Cádiz…;
una música limpia y bien ejecutada; unos escenarios muy bellos y oníricos… Enhorabuena.
Y,
por fin, otro de los eventos que tenía todavía en el tintero… en el teclado…
fue el CONCIERTO DE CLAUSURA DEL II
ENCUENTRO DE DIRECCIÓN MUSICAL impartido por Enrique García Asensio. Se celebró el 8 de este mes en la
Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de
Víznar (Granada). Yo pasé unos días preciosos correteando por la Alhambra mientras
mi hijo participaba en el curso de Dirección de Orquestas. Granada es una de
las ciudades más bonitas de España. No me despegué de la máquina de fotos.
Coincidí
con alumnos del Curso en algunas comidas. Durante aquellas sobremesas descubrí
la adoración de Enrique García Asensio por uno de los Maestros que tuvo su
juventud. La admiración con que lo nombra continuamente está justificadísima,
puesto que se trata del gran Sergiu Celividache. Lo importante es que, al hablar de sus
inicios, García Asensio transmite un cariño conmovedor por Celividache; tan
conmovedor como el que empieza a notarse ya por García Asensio entre algunos de
los jóvenes asistentes al curso de Víznar.
El
broche de mi aventura fue el concierto del que hablaba, organizado por la Asociación de Amigos de la Música de Víznar.
El
Ensamble de Viento del Conservatorio
Profesional “Ángel Barrios”,
de Granada, interpretó el Octeto Óp. 103 de Beethoven y de la Serenata K. 388 de Mozart. Cada Movimiento estuvo dirigido por alguno de los alumnos
del Maestro García Asensio. El resultado
fue un encuentro gratificante; cálido, a pesar del frío helador que hacía en la
iglesia. Lo que había escrito entre las líneas del pentagrama (además de las
obras) era el futuro de aquellos jóvenes directores de orquesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario