Unos testigos dicen que el acusado acarició la pistola; le disparó al aire; recogió el
dinero, y echó al mendigo bajo la alfombra.
Otros declaran que acarició el aire; le
disparó al dinero; recogió al mendigo, y echó la pistola bajo la alfombra.
También hay quien asegura que acarició
el dinero; le disparó al mendigo; recogió la pistola, y echó el aire bajo la
alfombra.
Pero yo, Señoría, firmo la presente para
confesar que, en realidad, acaricié al mendigo; le disparé a la pistola y, cogiendo
aire, eché el dinero bajo la alfombra.
Título: CORRESPONDENCIA
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