El Concierto de
Navidad fue un concierto benéfico
a favor de la asociación Música, Artes y Discapacidad (MUSICAD) y de la asociación ACCEDE A RESPIRO (Intervención socioeducativa con jóvenes con
autismo).
Programa
…De este concierto, recuerdo que…
• Se celebró en la Jornada de Reflexión (19 de diciembre). Mateo Lorente, el director del Conservatorio
Rodolfo Halffter, nos lo advirtió en su DISCURSO
antes de hacernos reflexionar —sin que apenas nos diéramos cuenta— sobre la
música, sobre la dulzura, sobre la generosidad…).
• Mateo lanzaba ideas casi
rabiosas hasta que, no sé cómo, su voz se deslizó por una grieta: de la mente,
al corazón. Después, agradeciendo la ternura con ternura, no desistió hasta que
todos fuimos miembros de este mismo club de los seres humanos… ¡Qué respiro!
• Relacioné ese instante de
alma en carne viva con ciertas impresiones que recibí hace tiempo, al ver El
festín de Babette (película
danesa de Gabriel Axel basada en un cuento de Isak Dinesen). Tras un premio de
lotería, la francesa Babette prepara una opulenta cena para corresponder a la
hospitalidad con que la habían acogido en aquella remota aldea de Dinamarca.
Los vecinos (austeros, puritanos, inflexibles…) aceptan la invitación de la
extranjera, pero han pactado que ninguno de ellos dé muestra alguna de regocijo
(lo que sentirían como algo pecaminoso). Sin embargo, el cariño que pone
Babette en sus platos; el emotivo ritual con que los sirve y los placeres que
el aroma, el sabor y la compañía despiertan en los comensales, van convirtiendo
en dulces personas a todas aquellas estatuas de piedra.
• La música fue el
auténtico festín del Concierto de Navidad. Los alumnos del Rodolfo Halffter, conmovidos también por Mateo, esparcieron más
felicidad. Habían trabajado mucho todo el trimestre. Las dos Bandas tenían
directores nuevos. Todos (los grupos renovados y los de siempre) pusieron más
empeño que nunca en hacer buena música.
• Recuerdo las Ilusiones
de la Orquesta de Enseñanzas Elementales, obra de José Gabarda, que fue un precioso estreno mundial; recuerdo la Introducción
(Suite para orquesta infantil de
Cuerdas) de Fabián Andrades; recuerdo algo así como
un baile de duendes; las dos guitarras y los arreglos de Berlanga (también de estreno)
para Noche
de Paz; recuerdo a Lola aplaudiendo a sus chicos desde la sombra; recuerdo
el orgullo de David Arenas por su Banda… y viceversa; a Lúa y a Irina
sonrientes; los saxofones de 2.09 Sax
Projet llamándose unos a otros a ritmo de jazz. Recuerdo con qué luz
pasaban Sempere y sus músicos de la majestuosidad a la melancolía; recuerdo las
palmas de Álex y del público en la Marcha Radetzky; recuerdo la ilusión
de mi hijo, Daniel Poncela, como
concertino de la Orquesta Sinfónica de Enseñanzas Profesionales por segundo año
consecutivo…
• Presentación Abellán, la presidenta de Accede a Respiro, dijo que aquel había sido el concierto más bonito
al que había ido jamás. No me extrañó escucharla. La felicidad es muy
agradecida. Rendida a los placeres de la música, yo también respiraba mejor.
Salí del concierto mucho menos estatua; si acaso, tallada en madera de alma.
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