Mateo Lorente (director del Conservatorio) y
Aranzazu Urteaga a la salida del Museo
de la ciudad.
Seis de sus alumnos nos
ofrecieron el fruto de su trabajo de todo el curso.
Algunas de estas piezas ya las había oído en otros encuentros y
audiciones, y me habían gustado mucho; pero, claro, en el Museo de la Ciudad sonaron aún
mejor (más tiempo: más práctica). El resultado fue una maravilla que quiero
recordar hoy, recortando algunas citas de (o acerca de) los compositores a los
que estos seis pianistas interpretaron.
Pablo
Fidalgo León
E. GRANADOS
“A mí me parece que el arte no tiene
nada que ver con la política… Esto me ha causado algunos disgustos, llegando a
recibir desprecios y anónimos en que se me acusa de escribir danzas andaluzas.
¡Como si eso fuera un pecado!... Yo me considero tan catalán como el que más,
pero en mi música quiero expresar lo que siento, lo que admiro y lo que me
parezca bien, sea andaluz o chino”. E. Granados.
Marina Matesanz Maeso
P.I. TCHAIKOVSKY
“En verdad, si no fuera por la música habría más razones
para volverse loco”. Tchaikovsky.
Andrés Poncela Montalbán
C. DEBUSSY
“La música es la aritmética de los
sonidos, como la óptica es la geometría de la luz.” Debussy.
“Bajo la translucida delicadeza de sus
composiciones hay una estructura sólida; pero, como corresponde a un auténtico
impresionista, Debussy nos dejó música colmada de esplendentes colores, de
texturas finísimas y de luces relucientes”. (Hágase la
música)
“Cuando
Schumann grita: “¡Quisiera hacer estallar mi piano!”,
Debussy solamente recomienda: “¡Dejadle hablar!”. Marguerite Long en “Literatura e interpretación del piano”.
Eduardo de Santos Espinosa
F.CHOPIN
“No hay nada más odioso que la música sin significado
oculto”. Chopin.
“Su
piano es tan etéreo que no es necesario un forte
para crear un contraste. Escuchándole, uno se entrega con toda el alma, como un
cantante que, olvidándose del acompañamiento, se deja llevar lejos por su
emoción. Para abreviar, él es el único entre los pianistas”. Ignaz Moscheles.
“Bach
habla al universo; Beethoven a la humanidad, y Chopin a cada uno de nosotros”. Joaquín
Achúcarro.
F. MOMPOU
“Toda mi vida es puramente interna… En mi interior
suceden cosas fantásticas que nunca se exteriorizan. Todo vive intensamente
dentro de mí, menos la música” Federico Mompou.
“Un
pulso que recrea y enamora. Una música que representa como ninguna la voz del
silencio. Un canto sin adornos, sin excesos, sin concesiones. Una armonía que
busca con denuedo el “sentiment de puressa”, el “punt d’emoció” de las voces
interiores… Así es la música de Federico Mompou (Barcelona 1893-1987), uno de
los más grandes genios que ha dado la música española en el siglo XX”. Carlos Aganzo, El norte de Castilla.
Darío Marcos Ruiz de Domingo
RACHMANINOV
“Muchos pianistas necesitan mover mucho su cuerpo para
conferir lirismo a sus interpretaciones; sin embargo, otros son como rocas
delante de un piano, y a pesar de ello consiguen interpretaciones mucho más
profundas y más líricas que los anteriores. Este es el caso de Rachmaninov y
también de Arthur Rubinstein”. (Daniel Mateos Moreno, “El
extraterrestre Sergei Vasilievich Rachmaninov”, en filomusica.com)
“Rachmaninov
estaba hecho de acero y oro. Acero en los brazos, oro en su corazón. No puedo
pensar nunca en esta existencia majestuosa sin lágrimas en los ojos, pues no
sólo lo admiro como artista supremo, sino como ser humano”. Palabras de Josef
Hoffman en “In memory of Rachmaninov”.
Margarita Eva Rula Kaminska
A. SKRIABIN
“Yo soy Dios”. A.
Skriabin.
“Introdujo
un sistema de armonía revolucionario, totalmente desprovisto de los modos
mayores o menores y de los signos representativos de la tonalidad. Anticipó las
modalidades de pensamiento politonal y atonal. Impulsado por un refinado
sentido del oído y una imaginación audaz, creó acordes que abrieron nuevas
perspectivas. En su irrefrenable cromatismo, su música alcanzó los límites
extremos del sistema tonal tradicional y señaló el camino hacia un uso más libre
de los doce sonidos”. Eduardo Rodríguez
Carrasco, en su blog “Literatura e interpretación del piano”.
Julia Osca nos contó en el
concierto didáctico que Skriabin poseía sinestesia. Oía los colores. Su
ambición era relacionar los tonos con el espectro cromático. Parte de su música
estaba compuesta para ser ejecutada en un “órgano de color” que debía proyectar
sobre la pantalla colores sincronizados con la música.
“Una
expresión sincera de un genio”. Tolstoi (hablando de la música de Skriabin).
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