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jueves, 2 de octubre de 2014

Transformaciones del piano


Darío Marcos Ruiz, Eduardo Galo Santos, Andrés Poncela y Margarita E. R. Kaminska

Esta mañana, mirando la foto de los cuatro pianistas que participaron en aquel Concierto Extraordinario, recordé lo que hablé a la salida con la profesora que lo organizó, Aranzazu Urteaga.



PROGRAMA  del Concierto del 20 de febrero de 2014 en el Museo de la Ciudad de Móstoles,

Anochecía ya cuando abandonamos el Museo de la Ciudad, felices de haber escuchado tan buena música. Teníamos los coches cerca del Conservatorio Rodolfo Halffter. Arancha y yo hicimos juntas aquel camino. A pesar del frío, nos paramos en plena calle, para charlar un rato. Al amparo del puesto de castañas, me confesó que estaba emocionada con los progresos de aquellos cuatro chicos. La escuché conmovida, porque mi hijo era uno de los cuatro. Arancha fue la profesora de Piano de Andrés durante todos sus Estudios Elementales y casi todos los Profesionales.

Ahora que mi hijo está a punto de cambiar de etapa, quiero dejar constancia de que también él habla de ella a menudo; siempre con gratitud y con cariño. Me consta que atesora para toda su vida conocimientos y recuerdos muy valiosos de su primera profesora. Arancha le ha enseñado casi todo lo que sabe de Piano hasta ahora (técnica y música). Atenta y vigilante en cualquier situación, es buena  pedagoga, exigente pianista, atinada psicóloga, maestra comprensiva... Supo conectar con mi hijo, a pesar de su timidez. Nadie como ella habría sido capaz de transformar el sufrimiento escénico de Andrés en sus inicios en una gran felicidad al piano. Es una suerte y un privilegio de los alumnos del Rodolfo Halffter contar con profesores tan espléndidos…

Aquella noche invernal, Arancha y yo salimos del Concierto impresionadas con “La tempestad” y con las demás obras del programa. Soplábamos castañas a la vez que hablábamos, para calentarnos la boca y las manos. Hace muy poco tiempo, aquellos cuatro músicos eran unos niños. El crecimiento de los alumnos deja a los profesores indefensos. El tiempo pasa de puntillas; siempre nos coge desprevenidos.  Gracias a la música, hablábamos felices aquel día de todo ello. Agarradas a nuestros cucuruchos de castañas asadas, describimos unos dedos que hace poco no abarcaban una octava y que ahora se deslizan tempestuosos sobre el piano y se ramifican amenazadores encima de las teclas, como relámpagos derramados.

Ayer: hoy siempre. Foto: Carmen Montalbán

Cada uno de esos músicos había crecido en frente de su piano. Había enseñado a sonar al instrumento la vez que aprendía de él. Los cuatro recibieron a la música soñando. Eran niños y, como tales, dominaban un súper poder. ¿Y qué habían aprendido del piano mientras sus dedos crecían y se adaptaban a él, como camaleones de la música? Precisamente, creo, habían aprendido a sentir en sus carnes la capacidad de transformación del piano.

Esta idea se me ocurrió hace poco rato, tras rehacer el programa de aquel concierto y releer unas palabras de Alfred Brendel que me dan la razón.

Darío, Eduardo y Margarita

“El piano es un lugar de transformación. Cuando  el pianista así lo desea, el piano permite sugerir la voz humana en el canto, el timbre de otros instrumentos, la orquesta, el arco iris, las esferas. Esa capacidad de transformación, esa alquimia, es nuestro mayor privilegio”.

Me reencontré con esta cita en una revista digital preciosa y rebosante de destellos: “HYPÉRBOLE. Intersecciones creativas”.   La vi en la sección DESTELLOS. QUÉ ESCUCHAR. El artículo se titulaba “El piano” y pertenecía a un joven bloguero [Santiago Galán (Toledo, 1989)] que, además de estudiante de Ingeniería de Caminos, lector, cinéfilo, fotógrafo y poeta, fue, durante algún tiempo, estudiante de piano.

Se nota que Santiago admira el arte en cualquiera de sus formas y que el conejo blanco que persigue se llama Estética. Cito ahora sus propias palabras para explicarme a mí misma, de paso, las sensaciones que viví en el concierto que estoy relatando.

Andrés Poncela

“Es muy difícil imaginar qué hubiera sido de la música sin la aparición del piano, el artefacto resonador más poderoso, el instrumento total. Poseedor del espectro de registros  más amplio y del don de la polifonía, puede hacer coincidir en el tiempo las cavernosas notas profundas con las cristalinas de la parte superior, las naturales de la octava central con las más cantábiles de su alrededor. Con diez digitaciones a disposición de un sinfín de toques, no tiene límites en cuanto a su universo expresivo, puede defender solo cualquier  pieza, hacer de servicial soporte a melodías de otros instrumentos, concentrar en su teclado a toda una orquesta, dar rienda suelta a las improvisaciones jazzísticas más atrevidas”. 
(“El Piano”. REVISTA HYPÉRBOLE. Santiago Galán).

Ver más: Los Conciertos del curos 2013-2014

viernes, 5 de julio de 2013

Concierto de PIANO en el Museo de la Ciudad

Fue un precioso concierto organizado por Aranzazu Urteaga y Mateo Lorente, profesores de piano del CPM Rodolfo Halffter, de Móstoles (Madrid).

Mateo Lorente (director del Conservatorio) y Aranzazu Urteaga a la salida del Museo de la ciudad.

Seis de sus alumnos nos ofrecieron el fruto de su trabajo de todo el curso.


Algunas de estas piezas  ya las había oído en otros encuentros y audiciones, y me habían gustado mucho; pero, claro, en el Museo de la Ciudad sonaron aún mejor (más tiempo: más práctica). El resultado fue una maravilla que quiero recordar hoy, recortando algunas citas de (o acerca de) los compositores a los que estos seis pianistas interpretaron.
Pablo Fidalgo León
E. GRANADOS

“A mí me parece que el arte no tiene nada que ver con la política… Esto me ha causado algunos disgustos, llegando a recibir desprecios y anónimos en que se me acusa de escribir danzas andaluzas. ¡Como si eso fuera un pecado!... Yo me considero tan catalán como el que más, pero en mi música quiero expresar lo que siento, lo que admiro y lo que me parezca bien, sea andaluz o chino”. E. Granados.

Marina Matesanz Maeso
P.I. TCHAIKOVSKY

 “En verdad, si no fuera por la música habría más razones para volverse loco”. Tchaikovsky.

Andrés Poncela Montalbán
C. DEBUSSY

“La música es la aritmética de los sonidos, como la óptica es la geometría de la luz.” Debussy.

 “Bajo la translucida delicadeza de sus composiciones hay una estructura sólida; pero, como corresponde a un auténtico impresionista, Debussy nos dejó música colmada de esplendentes colores, de texturas finísimas y de luces relucientes”. (Hágase la música)

“Cuando Schumann grita: “¡Quisiera hacer estallar mi piano!”, Debussy solamente recomienda: “¡Dejadle hablar!”. Marguerite Long en “Literatura e interpretación del piano”.

Eduardo de Santos Espinosa
F.CHOPIN

“No hay nada más odioso que la música sin significado oculto”. Chopin.

“Su piano es tan etéreo que no es necesario un forte para crear un contraste. Escuchándole, uno se entrega con toda el alma, como un cantante que, olvidándose del acompañamiento, se deja llevar lejos por su emoción. Para abreviar, él es el único entre los pianistas”. Ignaz Moscheles.

“Bach habla al universo; Beethoven a la humanidad, y Chopin a cada uno de nosotros”. Joaquín Achúcarro.

F. MOMPOU

“Toda mi vida es puramente interna… En mi interior suceden cosas fantásticas que nunca se exteriorizan. Todo vive intensamente dentro de mí, menos la música” Federico Mompou.

“Un pulso que recrea y enamora. Una música que representa como ninguna la voz del silencio. Un canto sin adornos, sin excesos, sin concesiones. Una armonía que busca con denuedo el “sentiment de puressa”, el “punt d’emoció” de las voces interiores… Así es la música de Federico Mompou (Barcelona 1893-1987), uno de los más grandes genios que ha dado la música española en el siglo XX”. Carlos Aganzo, El norte de Castilla.

Darío Marcos Ruiz de Domingo
RACHMANINOV

“Muchos pianistas necesitan mover mucho su cuerpo para conferir lirismo a sus interpretaciones; sin embargo, otros son como rocas delante de un piano, y a pesar de ello consiguen interpretaciones mucho más profundas y más líricas que los anteriores. Este es el caso de Rachmaninov y también de Arthur Rubinstein”. (Daniel Mateos Moreno, “El extraterrestre Sergei Vasilievich Rachmaninov”, en filomusica.com)

“Rachmaninov estaba hecho de acero y oro. Acero en los brazos, oro en su corazón. No puedo pensar nunca en esta existencia majestuosa sin lágrimas en los ojos, pues no sólo lo admiro como artista supremo, sino como ser humano”. Palabras de Josef Hoffman en “In memory of Rachmaninov”.


Margarita Eva Rula Kaminska
A. SKRIABIN

 “Yo soy Dios”. A. Skriabin.

“Introdujo un sistema de armonía revolucionario, totalmente desprovisto de los modos mayores o menores y de los signos representativos de la tonalidad. Anticipó las modalidades de pensamiento politonal y atonal. Impulsado por un refinado sentido del oído y una imaginación audaz, creó acordes que abrieron nuevas perspectivas. En su irrefrenable cromatismo, su música alcanzó los límites extremos del sistema tonal tradicional y señaló el camino hacia un uso más libre de los doce sonidos”.  Eduardo Rodríguez Carrasco, en su blog “Literatura e interpretación del piano”.

Julia Osca nos contó en el concierto didáctico que Skriabin poseía sinestesia. Oía los colores. Su ambición era relacionar los tonos con el espectro cromático. Parte de su música estaba compuesta para ser ejecutada en un “órgano de color” que debía proyectar sobre la pantalla colores sincronizados con la música.

“Una expresión sincera de un genio”. Tolstoi (hablando de la música de Skriabin).
De Izda. a drcha.: Andrés, Margarita, Eduardo, Darío, Pablo y Marina