domingo, 1 de mayo de 2011

“Versos para los besos”

Ahora, en primavera, cuando los corazones se desbocan y hasta gente serena como yo piensa “mesa” y, de pronto, dice “silla”, el poeta aparece para hablar del AMOR y hacer nadar llamas en agua fría. Nadie mejor que él para tal cosa. ¿Es que acaso el poeta no nació bajo el signo de Venus, que todo lo une de dos en dos?

      "Pareja de cardos”. Foto: Carmen Montalbán

El poeta es un velero: a la hora de rimar, el corazón le lleva.

Les he de confesar que, a mí, ya me ha cantado muchos detalles sobre el tema del amor; sólo que, el mismo amor (el buen amor, constante, que saca de la noche la dulce boca de quien yo me sé), me hace olvidar, sin más, todo aquello que aprendo. En el preciso instante de decir “Ya lo sé”, soy nueva en esto.

Y eso que, por distinta que de una vez para otra resulte la pasión, una cosa sí habrá que recordar por siempre: la poesía y el amor corren tan a la par como la mar y el cielo.

…La poesía, la muerte y el amor, he de añadir… Añado. El amor acaba con nosotros para llegar más lejos que nuestra propia vida. Muchos poemas son cánticos a un deseo que suspende los sentidos. ¿Seguiré respirando tras mi muerte o existiré como una muerta en vida? Si yo no lo pudiera responder, siempre habrá algún juglar que se cuide de que el corazón no se pase de moda y de que los sentimientos decidan... Eso espero yo también, Sabina.

¿Acaso hay existencia más perdida que la de aquel que ni ama ni amará ni ha amado nunca, hasta ahora? Sospecho que los versos que leí han venido a decirme algo muy importante: o me sé la verdad del amor verdadero, o no he vivido. 

Muchas gracias, poeta, por desmayarte de enamoramiento y atreverte a vivir y a morir por amor, y a estar furioso. Gracias por escribir versos para los besos; versos que tejen en el aire la ilusión de besar; versos que ruedan, ruedan, por caricias perdidas y placeres secretos. Mil gracias por cantarle a lo que yo amo y sentir lo mismísimo que siento.

*He empleado para este recorte versos y fragmentos de ellos de los algunos de los poetas citados al final de mi entrada “Que tenemos que hablar de muchas cosas".

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