lunes, 17 de mayo de 2010

“Que tenemos que hablar de muchas cosas”. Antología poética. VVAA


¿A quién no maravilla la poesía? “Que tenemos que hablar de muchas cosas” cayó en mis manos hace unas semanas, poco después de haber publicado en este blog “Andy Sotiriou, la poesía de un fotógrafo”.

Que tenemos que hablar de muchas cosas” es, precisamente, eso: una antología poética ilustrada con fotografías de
Andy Sotiriou y de Fréderick Volkringer que hojeé enseguida, con mucho interés.

POESÍA, MATERIAL MEMORIA

Siempre disfruté, conservé y retuve entre los libros de mi biblioteca el prodigioso regalo de los clásicos. ¿Cómo no admirarme? ¿Cómo vivir sin ellos? Cuando era adolescente y andaba con la vida en el alba del alhelí, la poesía tenía más parte en mi alma que la prosa. Era mi monomanía. Sin poder apartarme de ella, ponía atento el oído y les pedía a los poetas que me relataran cosas. Pobre, incurable, sonámbula, cuando no iba tirando sus perlas por las esquinas de mis apuntes, la voz se me escapaba cantando sus canciones. Mi sombra y yo, un libro de poemas abierto. Creo que exclaman de mí: “Ahí va, soñando, esa loca”.

Desde entonces hasta ahora, nunca desagradecí el bien que me causaron las obras en verso. Por eso mismo, abrí ésta, de la que hablo, como si fuera mi propia antología personal. Tras un punto y aparte, cual si de pronto se entreabriera el día, encontré palabras para mí entre los poemas y antipoemas que habían seleccionado, en este caso, un grupo de profesoras y profesores de Enseñanza Secundaria (Josefa Alba, José Calero, Pascual García, María Soledad Gómez, Consuelo González, David López, Carmen Nicolás, Isabel Pérez y Aurora Saura); todos ellos, de algún modo ─pedagógico o creador─, con itinerario poético.

He tenido el libro sobre mi mesilla durante noches y noches y he picoteado de él entre una lectura y otra. Abarca* tantos autores, tantas obras, tantos temas y tantas épocas, que me ha servido para rememorar el tiempo devorado y avivar de un soplido mi material memoria.

Ligados como cuerpos en soledad ─cantando─, autores de hace más de quinientos años conviven en este libro ─y en otras antologías─ con los autores de hoy y, juntos, sean de la quinta que sean, lo llenan de eternidades; es decir, de todas esas cosas de todos y de nadie. Su rayo no cesa, porque sus voces ─perros que no me dejan ni se callan─ resuenan como campanas nuevas en esta habitación del siglo XXI, aunque cuenten historias en brazos de los siglos.

¿Que cuáles son esas cosas de que tenemos que hablar?

1) la POESÍA, para empezar (para que nos entendamos);
2) la NATURALEZA, porque la poesía es pinar en el pino, aire en el aire;
3) la INFANCIA, que se cuidará, aquí, pluma por pluma;
4) lo COTIDIANO (eso que dura más que nuestro olvido);

5) el HUMOR, para que todos andemos calientes, por entre borbotones de alegría;
6) el AMOR de quien nace bajo el signo de Venus;
7) el DESAMOR; es decir, ese amor desesperado que se va, se va, se va, pero se queda;
8) la 
SOLEDAD de una poesía que, como os digo, asiste al insomne con sus soledades;
9) toda esa LIBERTAD que el poeta toma bajo palabra;
10) la SOLIDARIDAD del poeta que se mancha, que toma partido;
11) la GUERRA, las tristes guerras;
12) la VIDA, cualquier instante de la vida humana, que la poesía reescribe con carne y lágrimas;
13) la MUERTE y el TIEMPO de un arte que habla del día de hoy… y del de ayer, una vez más; un arte que es materia de testamento; que domina el ars moriendi, e igual sirve de epitafio que es cancionero de ausencias.

Midiendo la inmensidad de tanta capacidad en este índice tan amplio, me dio por pensar que pensar debía en que yo también puedo escribir los versos que he leído para, hila que te hila (en defensa del reino de la poesía), relatar los asuntos que lleva sobre el alma cualquier poeta. Si juzgase sabiamente, tendría que hablar en verso; pero voy a aproximarme, nada más, a la corriente. Si la cruzo, iré por puentes muy pequeños. No hay cosa en los cuartetos que me espante; aún así, nunca supe pensar en renglones contados y a mí nadie me manda hacer sonetos. Tan inexperta soy en el juego de hacer versos, que ni siquiera plagio. Son los poetas solos quienes los escribieron; yo (llevada, conducida, mezclada, rumorosamente arrastrada) únicamente leo, con este don absurdo de ebriedad para leer salteado. Tengo dispuesto el cuarto y el papel; el libro en mi mesilla; el corazón en los labios; el pudor escondido; y, también sin dudar, la voz, el cuerpo claro, los ojos infinitos…

Vayan, pues, preparando su mejor instinto para que yo les ponga (lo intente, por lo menos) ante un retrato de este mundo y del otro tal como los han visto los poetas. Una mañana, en domingo, que no van a la escuela, si no tienen balón, suban a leer conmigo y díganme: ¿de qué poema sale, tajada tras tajada, cada uno de los versos en que fluyo y me pierdo? ¿Quién los reconocería? Aquí no más les dejo los deberes. Ya ven, qué divertidos. Con tal que nos dure el juego, yo trataré otro día lo que vaya quedando todavía.

Ahora, vuelvo al trabajo, o alguien podría decir que cuándo diablos hago los sombreros.


"Charlando en primavera". Foto: Carmen Montalbán
*Edad Media (Jorge Manrique, Arcipreste de Hita, Marqués de Santillana y anónimos varios); Renacimiento ( Baltasar del Alcázar, Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Gil Vicente); Barroco (Calderón de la Barca, Luis de Góngora, Sor Juana Inés de la Cruz, Quevedo, Lope de Vega); Neoclasicismo (Moratín, Samaniego); Romanticismo (Bécquer, Rosalía de Castro, Espronceda, José Hernández, José Martí, Vicente Medina); principios del siglo XX (Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Manuel Machado, Salvador Rueda, Unamuno); Generación del 27 (Alberti, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Altolaguirre, Cernuda, Gerardo Diego, García Lorca, Jorge Guillén, Miguel Hernández, Pedro Salinas); segunda migad del siglo XX (José Bergamín, María Cegarra, Gabriel Celaya, Carmen Conde, Miguel D’Ors, León Felipe, Ángela Figuera, Gloria Fuertes, García Calvo, García Montero, García Nieto, Gil de Biedma, Gómez de la Serna, Ángel González, José Agustín Goytisolo, José Hierro, José Antonio Labordeta, Juan Larrea, Rafael Morales, Blas de Otero, Leopoldo Panero, Pedro Provencio, Fernando Quiñones, Claudio Rodríguez, Luis Rosales, Sánchez Bautista, Sánchez Rosillo, Aurora Saura, Josefina Soria, José Ángel Valente, José Mª Valverde); literatura hispanoamericana del siglo XX (Miguel Barnet, Mario Benedetti, Borges, Díaz Martínez, Oliverio Girondo, Nicolás Guillén, Vicente Huidobro, Juan de Ibarbourou, Dulce Mª Loynaz, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Octavio Paz, Cristina Peri Rossi, Gonzalo Rojas, Alfonsina Storni, José Juan Tablada y César Vallejo).

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