Concierto en 5
movimientos para piano y orquesta de cuerda, de Pablo Jesús Berlanga… Ésta era la música que me tenía sin habla,
comiéndome el silencio; y Berlanga el poeta (de notas musicales) al que me
refería –o podía referirme– en mi entrada anterior, “Poema con carne y lágrimas”.
Pablo Berlanga es un joven compositor especializado en
música audiovisual que recibió el Premio Final
de carrera en la especialidad de composición
en 2007 y que actualmente, además de miembro del Grupo de Cámara Lumière, es profesor de piano, armonía, repertorio con
piano e informática musical en el Conservatorio Profesional de Música Rodolfo Halffter, de Móstoles (Madrid).
Pablo compuso este Concierto por petición de María Dolores Encina, Lola, profesora de violín y directora de la
Orquesta de Cuerda de Enseñanzas Elementales del Rodolfo Halffter.
Recuerdo haber escuchado una pieza de Berlanga –antes de
que concluyese su nueva obra– en el último Concierto de Antiguos Alumnos del
Rodolfo Halffter, dirigido por Juan Manuel Sáiz Rodrigo… Bellísima Obertura que los dos músicos de mi casa
calificaron de “magistral, rotunda y apoteósica”… Por cierto: del repertorio de
aquel día, también me gustó mucho el concierto para guitarra y orquesta de M.
Castelnuovo-Tedesco por parte de Pablo
Romero Luis).
Pablo Romero Luis
afinando para el bis
La razón por la que no he dicho nada hasta hoy respecto a
mi asistencia a otros conciertos anteriores al de Berlanga es que el pianista
que ha estrenado en Jaén –este sábado– el concierto del que hablo ahora ha sido
Andrés Poncela Montalbán, mi hijo. No lo niego: el hecho de que Andrés iba a
“estrenarse” como solista de piano con el estreno
mundial de una obra tan bella me tenía algo nerviosa… y digo “algo” por
decir “algo”. Así somos las madres.
De no ser por esa preocupación, habría aplaudido ya desde
este blog el Concierto de Primavera
–dirigido por Alexandre Schnieper en el Teatro
del Bosque de Móstoles–, en el que la Orquesta
Sinfónica del Rodolfo Halffter actuaba con el cuerpo de Bailarinas de la Escuela Municipal de Danza “Rojas y Rodríguez”. El Concierto de
Primavera contaba con artistas invitados como Juan Pedro Delgado y Pedro
Ramírez y la Coreografía y colaboración artística de África Paniagua y Celia
Pareja… Una belleza de programa. Obras de Saint-Saëns (con una deliciosa interpretación del violinista Abel Cruz Lezama), Brahms, Jerónimo
Jiménez, Manuel de Falla y Rimsky Korsakov... Muy vistosas actuaciones que
yo ya había saboreado en un ensayo anterior, con mi cámara de fotos.
Bailarinas de la EM de Danza “Rojas y Rodríguez” ensayando
el Concierto de Primavera con la Orquesta Sinfónica del Rodolfo Halffter. A la derecha, Abel Cruz
Tampoco dije nada del pre-estreno
del concierto de Berlanga, en abril. La Orquesta de Cuerda de Enseñanzas
Elementales del Conservatorio de Móstoles lo interpretó brillantemente –bajo la
dirección de Lola, y con Andrés al piano–, en el encuentro con que el Conservatorio
Profesional de Música Pablo Sorozábal, de Puertollano, le devolvió al Rodolfo
Halffter su visita del año pasado. Un éxito.
De izquierda a
derecha: Andrea P. Henríquez Laurent, Laura Morena, Andrés Poncela, María
Dolores Encina, Enrique Santacecilia y Pablo Berlanga en el Concierto
Intercambio “Puertollano en Móstoles”
Yo entré en aquel pre-estreno tan nerviosa, que no puedo afirmar
que, en un principio, estuviese oyendo nada; pero la seguridad que Lola y la
orquesta le dieron a Andrés me ayudó a calmarme y una música preciosa acabó
destaponándome el oído… y aún me tirita adentro. Ahora puedo decir que la
visita de Puertollano fue una bonita experiencia, llena de buena música por
parte de ambos Conservatorios. Recuerdo que los niños de la orquesta de Grado
Elemental de Puertollano le pusieron música a un relato que iba narrando su
directora, Andrea Paola Henríquez
Laurent, acerca de la música en la vida de los niños; relato que me hizo
pensar que el concierto de Berlanga (que, sí, tiene un sutil gustillo cinematográfico)
iba ya a formar parte de la banda sonora de mi vida y, sobre todo, de la vida de
mi hijo Andrés. Respecto a la Orquesta de Enseñanzas Profesionales de
Puertollano, bajo la dirección de Enrique Santacecilia Oller, me resultó muy especial su interpretación del tango de
Gardel “Por una cabeza”. Si no me hubiera sentido obligada a esperar al estreno
de nuestro concierto, ya lo habría aplaudido antes desde este blog; de la misma
forma en que habría aplaudido a Lola, y a Berlanga, y a Laura Morena González (la
solista de violín en “Tovarich’s vals”, para orquesta y violín, de David Gómez Alvarado), a la orquesta de GE del Rodolfo Halffter entera; y a mi
hijo Andrés, que ha “crecido” como uno de sus pianistas acompañantes y que,
ahora (que tiene 15 años y cursa tercero de GP) ha sido acompañado por ella, en
la calle de la Compañía, de Jaén.
Sarai Pintado y la
Orquesta “Minimúsicos al unísono” en el Paraninfo del Conservatorio de Jaén
El estreno fue, pues, este sábado en otro concierto
Intercambio: “Móstoles en Jaén”. Se celebró en el Paraninfo del Conservatorio
Profesional de Música de Jaén; que me fascinó por su belleza arquitectónica,
sus resonancias de iglesia, y uno de los pianos mejores del mundo; un gran Steinwaay
que, según Andrés, “se tocaba solo” (no había más que poner, como hizo él –esto
lo añado yo–, corazón en la punta de los dedos).
Un aplauso, desde aquí, para la afinada Orquesta de 4º de
Enseñanzas Elementales de Jaén, “Minimúsicos
al unísono”, para la profesora colaboradora en la percusión, Luisa Jiménez, para María del Mar Varón y sus arreglos, y
para Sarai Pintado, que dirigió a una
orquesta con mucha energía y una alegría que Lola agradeció muy especialmente. Como
ha comentado el Ayuntamiento de Móstoles, la madre de Lola había fallecido
el día anterior. Lola procede de una familia de músicos. ¿Recuerdan la obra “Lolita” que Antonio Guzmán Ricis compuso para su hija, la madre de Lola, y que se
estrenó en Móstoles en abril del año pasado? A una mujer como ella le habría gustado que el concierto siguiera
adelante. Como dijo Mateo Lorente,
el director del Rodolfo Halffter, la función debe continuar.
Así que ahí estuvo Lola, sin hablar de su pérdida con los
niños; intentando que no le notasen ni la más leve debilidad hasta después del
último silencio. ¡Y vaya si lo logró! Fue un gran éxito. En su primer concierto
en cinco movimientos, su orquesta no sólo salió del paso; sino que logró esa
alquimia en que la música, que ya es preciosa de por sí, nos llenó de otras
muchas emociones preciosas.
El estreno. Andrés
Poncela al piano. Foto: Carmen Montalbán
A la
salida del concierto, Lola se acercó a los padres que nos habíamos desplazado hasta
Jaén y nos dio las gracias. Aún seguía emocionada desde que Berlanga, cuando la
abrazó durante los aplausos, le dijo al oído que las madres de ambos (la del
compositor murió hace meses) habían estado allí, en primera fila. Es Lola quien
merece nuestra gratitud; no sólo por las oportunidades que reciben nuestros
hijos; no sólo por el trabajo que les regala (dos horas semanales fuera de
currículum); no sólo por la música que les enseña (lo que no sería poco);
también porque, con ella, aprenden actitudes y maneras de poner orden en el
concierto de la vida. Después de este entrañable y feliz viaje a Jaén, mis
hijos saben que –aunque yo ya no esté— estaré con su música siempre, en primera
fila, y la disfrutaré… eso sí, a lo mejor, comiéndome las uñas.
1 comentario:
Que bonito cuentas los sentimientos, que ganas de poder escuchar las piezas y a los musicos.
Muchos besos
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