El pasado miércoles, 13 de abril, asistí en Móstoles a un concierto de intercambio entre un cuarteto de clarinetes del C.P.M. “Esteban Sánchez”, de Mérida, y la orquesta de Cuerda y Piano de Enseñanzas Elementales del Conservatorio anfitrión, el “Rodolfo Halffter”. Mediante este concierto, los músicos emeritenses devolvían la visita que el “Rodolfo Halffter” les hizo en 2009, y de la que ya les hablé en este blog, en relación a mis dos hijos, estudiantes de música en Móstoles: Daniel y Andrés Poncela (este último, aunque ya cursa 2º de Enseñanzas Profesionales, sigue formando parte de la orquesta, como pianista).
El programa de este año ha sido una verdadera belleza. En la primera parte, el cuarteto de Clarinetes del “Esteban Sánchez” interpretó “Claro de luna”, de Debussy; “Rosamunde”, de Schubert; “Canción de caza”, de la ópera “El cazador furtivo”, de Weber, y “Danzas rumanas”, de B. Bartók. Música sugerente, mágica, seductora que fue deliciosamente interpretada por Elisa Victoria Iruzubieta Pickman (clarinete bajo y directora del cuarteto) y por sus alumnos Carmen Sánchez Cabezas, Moserrat Vas Pina y Alejandro Mondragón Cortés.
Cuarteto de clarinetes del C.P.M. “Esteban Sánchez de Mérida”. Fotos: Carmen Montalbán
En la segunda parte, también los niños y niñas de Enseñanzas Elementales del “Rodolfo Halffter” tuvieron un programa muy interesante. Junto a sus clásicos clásicos (“Serenata nocturna” y “Rock hound”, de Frost; el tercer movimiento de “Sherezade”, de Korsakov; “Don Quijote cabalga de nuevo”, de Ramskill y “Summer Storm”, de Straub), esta orquesta tiene la suerte de contar con piezas compuestas expresamente para ella, como los “Homenajes” de Eduardo del Río Robles, profesor de Música de Cámara y Violonchelo del “Rodolfo Halffter. Son todos muy hermosos; pero, en concreto, el “Homenaje a Hiroshima”, me envuelve en una neblina blanca, fría y deslumbrante, que me pone de gallina hasta la piel del alma.
Otro compositor que ha aportado sus joyas al programa del “Rodolfo Halffter” ha sido el ex alumno David Gómez Alvarado, que ha aportado para ésta, su orquesta-cuna, “Dreaming” y “Tovarich’s vals”, para orquesta y violín, que la orquesta estrenó, precisamente, en Mérida, hace dos años, con Adrián Oter como solista. Ahora, en esta segunda ocasión, es Daniel Poncela quien ha debutado como solista. A pesar de ser tan joven (1ª de Grado Medio, o Enseñanzas Profesionales), ha aprovechado la oportunidad que le ha brindado la orquesta en la que “nació” musicalmente, y ha sacado de su violín un sonido precioso, afinado y valiente, digno de la exquisita composición de David.
“Tovarich’s vals”. Foto: Carmen Montalbán
Pero el estreno mundial, la obra estrella de este concierto, ha sido “Lolita”, una tanda de valses para banda compuesta por Antonio Guzmán Ricis y adaptada para esta orquesta de cuerda y piano por un hermano de David, Álvaro Gómez Alvarado, que también entró en la música a través de la orquesta de Grado Elemental del Rodolfo Halffter.
El compositor Antonio Guzmán Ricis (Barcarrota, 1896- Palencia, 1944) se dedicó a la música toda su vida. Fue director de las bandas municipales de ciudades como La Gineta y Villarrobledo (Albacete), Cuenca y Palencia. Murió poco después de obtener, con un éxito rotundo, la plaza de director de la Banda de Música de Sevilla.
Casualmente, hace poco, leyendo una biografía del gran poeta palentino Gabino-Alejandro Carriedo (“Gabino-Alejandro Carriedo, su continente y su contenido”), el autor, Amador Palacios, pone las siguientes palabras en boca de una hermana del poeta: “No dejaba de asistir a ningún concierto; los únicos que había por aquel entonces los daba la banda municipal de la localidad que dirigía el maestro Guzmán Ricis, hombre de gran talento musical. Obras de Chapi, Breton, Saint-Saens y muchos más entraban en su repertorio”.
Guzmán Ricis compuso más de 230 obras (entre otras, por ejemplo, el “Himno de Palencia”). De todas las composiciones dedicadas a sus hijos, “Lolita” es, quizás, la más alegre y juguetona. Lo curioso del caso es que la hija de Guzmán Ricis a quien va destinada “Lolita” es la madre de María Dolores Encina Guzmán, la directora de la orquesta de cuerda que estrenó la obra en Móstoles, el miércoles. Fue emocionante. María Dolores Encina extendió en el atril las partituras sin decirle a nadie que habían sido escritas por el puño, la tinta, y el corazón de su abuelo.
“Lolita” puede tener sus complicaciones para niños que (en su gran mayoría) no llevan estudiando más de cuatro años de Música. Según Álvaro Gómez Alvarado, la adaptación no resultó difícil, puesto que la obra es musicalmente redonda. Él sólo tuvo ─dice─ que centrar la armonía en el piano. ¿El resultado?: que “Lolita” me fascinó. Nos fascinó a todos. No es de extrañar que hayan sido estudiantes tan jóvenes quienes han estrenado la obra. Guzmán Ricis siempre estuvo interesado por la enseñanza (publicó varios libros de solfeo y fundó la Academia Municipal de Música de Palencia) y su nieta, Lola, ha heredado de él la pasión por la música y la vocación pedagógica. Su trabajo de los matices y las articulaciones, y sus concienzudos, pero alegres ensayos, no sólo lograron aplausos fervientes y mucha gratitud por parte del público, sino una alegría que ─en lo que a mí concierne─ todavía perdura.
“Armonía en el piano”; “Alegría en los ensayos”. Fotos: Carmen Montalbán
En fin, que ─aunque no puedo ser imparcial─ les aseguro que el intercambio entre “Rodolfo Halffter” y “Esteban Sánchez” fue todo un éxito (musical y humano) que concluyó con una convivencia entre músicos de Mérida y de Móstoles y un feliz intercambio de repertorio y de experiencias. Hasta siempre, Mérida.
Las chicas del cuarteto de clarinetes homenajean a la directora de la orquesta de cuerda. Foto: Carmen Montalbán
1 comentario:
Gracias por esta maravillosa experiencia, Lola, embajadora de encuentros, siempre estarás en nuestro corazón; Gracias al equipo directivo y profesorado del Conservatorio de Móstoles, a todos y todas los que han hecho posible este encuentro; Gracias a Carmen por su amabilidad, por sus bellas palabras, por dejar testimonio de este mágico encuentro.
Os esperamos en Mérida:).
Aula de clarinete del CP. Esteban Sánchez de Mérida.
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